Las chicas que residen en nuestros recursos no dejan de darnos lecciones, en muchos momentos, nos preguntamos de dónde nace su fortaleza, pero enseguida caemos, nacieron fuertes, y vivir les ha dado todavía más capacidad para superar situaciones que a otras/os nos desbordarían.
En el centro nº de 5 para mujeres jóvenes, gestionado por la FMA, sabemos de qué estamos hablando, nuestras jóvenes han sido capaces de denunciar a sus agresores, SI; denunciar con lo que ello implica, han querido y se atreven a decirles NO: “a mí no me vas a tratar mal y si lo haces, aunque me creas incapaz, no lo soy , me voy a defender de la única forma que puedo”.
“DECIDEN DENUNCIAR”
Siempre con el apoyo del Equipo, aunque lo difícil lo hacen ellas, acuden a la Policía, preferiblemente la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer. Policía Nacional), donde interponen la denuncia, provocándoles una re-victimización de los hechos ocurridos, tienen que volver a exponer ante desconocidos lo que ha pasado, abriendo el recuerdo traumático.
Si están identificados y localizados, el agresor o agresores, estarían presos en los calabozos (con mucha suerte), hasta que llega el juicio rápido y de nuevo, exposición al trauma. Son interrogadas, por un juez, fiscal y abogado defensor del agresor, les toca contar su verdad, se sienten nerviosas, expuestas, asustadas pero firmes en su declaración.
Y después de esta tensión, son abrazadas y reforzadas por el Equipo, felicitadas por lo bien que lo han hecho…ahora hay que esperar a la sentencia; tenemos sentencias favorables, sentencias condenatorias, sentencias injustas y hasta algunas extraordinarias Ordenes de Protección.
Da lo mismo lo que digan los jueces, para nosotras ya son las más valientes, capaces de frenar a personas que hacen daño a la sociedad, vencer su miedo y gritar con todas sus fuerzas NO, NUNCA MAS.
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